Una música suena
suave, dos personas recorren el lugar muy lentamente, el clima es ameno y la
tranquilidad que fluye atraviesa a cada persona que ingresa a la tienda.
Ubicada en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, Av. Figueroa
Alcorta 3415, la Tienda Malba es un pequeño sector, acogedor, que a simple
vista podría pasar desapercibido. Al ingresar al Museo sobre la derecha se
encuentra una parte de la tienda en la que el público encontrará objetos para
el hogar, de iluminación, para niños, joyas, accesorios y merchandising del
museo. Solo unos pocos libros integran la vidriera, pues el resto de ellos se
encuentran en la parte de la tienda que queda unos escalones hacia abajo, acomodados en grandes bibliotecas, expuestos
sobre mesas y estantes de vidrio.
La variedad de
colores, tamaños y formatos es inagotable. En el centro del lugar tres mesas
hexagonales de gran tamaño y dos más pequeñas rodeadas de butacas de madera,
ocupan la mayor parte de la tienda. En cada una de ellas los libros
perfectamente acomodados esperan ser observados, algunas ediciones con
cubiertas realizadas con tela de raso, cocidos con hilo, y con una terminación
en dorado sobre los bordes de cada hoja son solo algunos de los que allí
encontrarán. Catálogos, libros de caligrafía, arquitectura, diseño gráfico, de
interiores, indumentaria, fotografía, biografía de artistas, arte, tipografía y
gastronomía. Muchos de ellos cerrados, termo sellados otros, en cambio, reposando
abiertos para que el público pueda disfrutarlos y observarlos antes de realizar
la compra. Con formatos que van desde un libro bolsillo hasta otros que superan
los 45cm de alto y los 10cm del grosor del lomo, se exhiben en cada rincón del
lugar, imponiendo presencia. Realizados por editoriales nacionales e
internacionales, o bien a partir de muestras realizadas en Museos, Fundaciones
o Bibliotecas son los datos que se pueden observar en las páginas de legales,
en el colofón o en alguna otra página que ha sido determinada para contener esa
información.
La gran mayoría
están encuadernados, aunque no faltan algunas ediciones en rústica pero estas
integran la minoría. Las sobrecubiertas contienen diseños muy trabajados,
transparencias, troquelados, ilustraciones que atraen a una lectura espontánea
y colores muy llamativos que cubren algunas tapas algo adustas, sin ninguna
información.
En cuanto a lo
que refiere al precio, algunos de los libros lo tienen impreso en una etiqueta
sobre la tapa o sobrecubierta, pero la mayoría no cuenta con ellos por lo que
es necesario recurrir a la persona encargada de la tienda ubicada en el sector
de la caja en una de las esquinas.
Un lugar para ir
a disfrutar, observar, tocar, admirar y asombrarse con cada libro con los que
se topen, vale la pena hacer un recorrido por la tienda y por qué no, también por el museo.
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