Las llamadas danzas
africanas, son formas de danzas indígenas que se practicaban en los diferentes
pueblos del continente africano en un determinado contexto social o religioso.
Las variedades de estilos y tradiciones de
danzas son numerosas, ya sean urbanas o rurales y se extienden en todo el
territorio sub-sahariano de África.
El intérprete,
considerado también como un maestro, un historiador o un médium espiritual, bailaba
con diferentes fines, ya sea como un ritual de iniciación, de crecimiento, de recolección
de cosechas, de fertilidad o para la caza, como una forma de arte
coreografiado. La consideraban una forma simbólica de comunicación con los
poderes naturales para acceder al mundo de los espíritus.
Las danzas africanas se
rigen por los siguientes principios:
- La unidad del cuerpo:
suelen bailar en grupos, independientemente de la cantidad, colocadas en círculos
formando un solo cuerpo, bailando con el mismo pie y cantando todos a la vez.
- La relación con la realidad:
la danza es expresión que se vive en ese momento y los intérpretes pueden
expresar y encarnar a todos los espíritus, animales, elementos, vegetales ya
sean del pasado, presente o futuro.
- La continuidad: se pasa
de generación en generación, los pasos se realizan una y otra vez, dejando
aparecer algunas modificaciones con el paso del tiempo, pero la esencia nunca
cambia.
En el siglo XII con la
llegada y conquista de América por parte de los europeos, se trazaron planes de
expansión que exigían mano de obra barata. En los comienzos se esclavizó a los indígenas
americanos pero la legislación española hizo que se importaran personas
esclavizadas de áfrica ya que se consideraba que tenían mayor resistencia física
y hacia las enfermedades, iniciando así un comercio a gran escala llamado el
comercio negrero. Hacia el siglo XVII hubo un incremento en el número de
esclavos, acompañado por una ideología racista, ya que eran considerados seres
inferiores, asimilados a los animales.
La danza y la música
eran inseparables para la cultura africana, eran el medio para mantener viva su
identidad, por tal motivo aunque los propietarios intentaban suprimirles esa
idea, resultó imposible. El golpe de las manos y de los pies, o algún objeto
que podían utilizar a modo de instrumento de percusión, bastaban para recrear
sus danzas tradicionales. Fue así como la influencia de la cultura africana se
fue expandiendo a lo largo del continente fusionándose con las danzas europeas
y las de cada región de inmigrantes que allí se encontraban.
"No hay movimiento sin ritmo"
Foli, es la palabra que
se usa para identificar el ritmo de la mandinga, una tribu de África
occidental. Pero Foli también se encuentra en todos los aspectos de la vida
cotidiana.
Este documental fue realizado por Thomas Roebers (cineasta) y retrata al pueblo de Baro, una pequeña ciudad
del este-centro de Guinea.